Dónde colocar el extintor en el coche y por qué podría salvarte la vida (y la cartera).
Permítanme comenzar con una obviedad que, por desgracia, no todo el mundo tiene presente: un coche puede arder. Así, sin rodeos. No hace falta que se estrelle contra una gasolinera ni que lo conduzca un villano de película con la intención de hacerlo explotar. Basta una avería eléctrica, un fallo en el sistema de combustible o, simplemente, un mal día. Y entonces, cuando el fuego empieza a hacer de las suyas, lo único que separa el susto del desastre es que tengamos un extintor bien colocado y sepamos usarlo sin dudar.
La diferencia entre tener el coche calcinado o controlado puede costar segundos.
Pero vamos por partes, como decía el clásico. Porque no es solo tener un extintor, no, no. Es dónde colocarlo, cómo sujetarlo y cómo asegurarnos de que no se convierta, en un frenazo, en una bola de acero dando vueltas por el habitáculo.
Aquí no caben opiniones. Hay ubicaciones recomendadas por expertos que han estudiado la cuestión en condiciones reales. Y no, no es en el maletero junto a las zapatillas del gimnasio ni en la guantera enterrado entre papeles y envoltorios de chicle.
Debajo del asiento del conductor o copiloto, firmemente sujeto con un soporte homologado. Es accesible, visible y no interfiere con la conducción.
En el maletero, solo como última opción. Pero ojo: con anclajes, cinchas o soportes. Nada de dejarlo suelto como si fuera una garrafa de agua.
En la guantera, únicamente si es muy pequeño y el coche lo permite. Y aún así, no es lo más recomendable.
¿Y por qué todo esto? Porque en un accidente, un extintor mal sujeto se convierte en un proyectil. Y porque cuando el fuego aparece, no hay tiempo para excusas.
Ahora bien, no basta con colocarlo bien y olvidarse. Los extintores, al igual que el aceite o los frenos, requieren revisión periódica. La llamada “normativa revisión extintores” establece que se deben inspeccionar cada cierto tiempo, verificar su presión, el estado del polvo extintor, el manómetro y comprobar que sigue en condiciones de funcionar correctamente.
Ignorar esta revisión puede hacer que en el peor momento el extintor no funcione. Imagínese la escena: humo, llamas y usted agitando un cilindro inútil que lleva dos años caducado. Tan inútil como los consejos de alguien que usa expresiones tipo “en el contexto de los dispositivos de seguridad”. Aquí hablamos claro: o funciona o no sirve para nada.
La pregunta parece inocente, pero mal respondida puede significar tragedia. ¿dónde colocar extintor en coche? Justo donde pueda alcanzarlo sin apartar la vista del volante. Donde no haya que rebuscar, ni estirarse, ni pedir ayuda. Que esté al alcance de la mano, sin rodeos ni complicaciones.
Una de las mejores opciones sigue siendo el soporte bajo el asiento. Muchos modelos ya vienen con preparaciones específicas para este tipo de instalación. Si el suyo no lo tiene, existen kits universales que se fijan a los raíles. ¿El coste? Ridículo comparado con lo que puede evitar.
Y si lo lleva en el maletero, asegúrese de poder abrirlo desde dentro en caso de emergencia. Porque si tiene que bajarse con el coche humeando, el tiempo se convierte en un lujo que no se puede permitir.
Hablemos ahora del tipo de extintor que debe llevar un vehículo. No todo vale. La legislación recomienda los tipo ABC, capaces de apagar fuegos originados por sólidos, líquidos inflamables o aparatos eléctricos. En otras palabras: lo que más probablemente arderá en su coche.
El peso óptimo para uso particular: 1 kg. Ligero, manejable y suficiente para controlar el inicio de un incendio. Si tiene un coche grande o viaja con frecuencia, puede plantearse uno de 2 kg, pero recuerde que esto implicará una fijación más robusta y una ubicación aún más cuidadosa.
Aquí va un recordatorio que a muchos se les escapa: los extintores también caducan. Y no, no es una conspiración para que compremos más. El polvo químico pierde eficacia, los sellos se degradan y la presión puede bajar con el tiempo.
Cada extintor lleva un manómetro que indica si está en zona verde. Si no lo está, es como llevar una linterna sin pilas. Además, conviene revisar la fecha de fabricación y programar inspecciones visuales cada seis meses.
También hay que evitar dejarlo expuesto a altas temperaturas. Nada de colocarlo junto al motor o donde el sol pegue fuerte durante horas. El calor degrada el contenido y reduce su vida útil.
Los vehículos eléctricos han traído muchas ventajas, pero también nuevos riesgos. Las baterías de ion-litio pueden arder de forma muy violenta. Por eso, si tiene un coche eléctrico, necesita un extintor especial para fuegos clase D o agentes compatibles con litio.
No es alarmismo, es anticipación. Porque un incendio en una batería no se apaga con cualquier cosa. Y más vale llevar lo adecuado que descubrir, tarde, que nuestro extintor “normalito” no sirve.
La ley no obliga a los turismos particulares a llevar extintor, salvo que estén dedicados al transporte de mercancías, escolares o sean vehículos especiales. Pero no nos engañemos: llevarlo es simplemente sentido común.
Cuesta poco, no ocupa espacio, pesa menos que una botella de agua y puede marcar la diferencia entre una anécdota y una desgracia. Y si tenemos familia, más razón aún.
Porque lo que no se encuentra, lo que no se acciona a tiempo, no existe. Y porque jugarse la vida por un detalle tan fácil de solucionar no es una opción.
Así que antes de volver a mirar esa ruta, ese playlist o esa presión de neumáticos, revise su extintor. ¿Lo tiene? ¿Está en buen estado? ¿Puede cogerlo con los ojos cerrados? Si alguna respuesta es “no”, ya sabe lo que toca. Hágalo antes de que lo necesite. Porque cuando el fuego llega, no avisa.